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Niños más irritables, ¿qué les está pasando?
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Soraly Resplandor Coaching

21 octubre 2020
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Niños más irritables ante el inicio de curso ¿qué podría estar detrás?

Con el inicio de curso más atípico de la historia reciente estamos viendo en algunos hogares a niños y niñas confundidos y alterados. Personas pequeñas superadas por emociones muy grandes. ¿Notas mayor irritabilidad de tu hijo, de tu hija desde que comenzó el colegio este año? ¿Son las tardes una tormenta emocional en casa? No estáis solos.

La escena se repite. En casa, por las tardes, después de la jornada escolar. Niños y niñas pequeños, menores de 5 años (incluso mayores) que pegan, muerden, lanzan objetos. Desbordes emocionales intensos y más frecuentes. ¿Te suena? ¿Sientes que tu hijo está más irritable desde que comenzó este curso escolar?
Los comportamientos agresivos infantiles son una de las mayores inquietudes de madres y padres, particularmente cuando implican daño físico, también debido al estrés que generan a nivel individual en niños y adultos y por lo que suponen para la convivencia familiar.
Con el comienzo de este curso escolar, pandemia incluida, y con normas, protocolos y ajustes varios, hay niños que han tenido dificultades en su proceso de conexión con la nueva rutina o nueva realidad. En muchos casos se trata de niños en el inicio de la etapa de infantil, que van por primera vez a colegios grandes, que han cambiado de centro escolar o que están afectados por la separación, tras seis meses en casa con sus progenitores.
La agresividad puede ser verbal o física. La primera son gritos, insultos, amenazas o llanto desbordado. La expresión física pasa por golpes, actitudes violentas contra sí mismos, otras personas y objetos.
Cuando estos episodios son muy frecuentes es recomendable buscar el posible origen: vivencias que pudieran estar alterando la dinámica emocional del niño. Esto nos permitirá valorar el acompañamiento y soporte que les podemos aportar para ayudar en su regulación emocional.

Posibles detonantes

La acción agresiva a determinados estímulos puede ser, en muchos casos, una respuesta al peligro (real o imaginario). Puede tratarse también de una reacción vinculada bien con desahogo o con autoprotección, inconsciente en el caso de los niños pequeños.
Detrás de la agresividad reactiva infantil generalmente hay dolor y falta de recursos expresivos (verbales y emocionales). El niño que agrede a otras personas tiene un malestar y un disgusto consigo mismo y con los demás.
El primer paso sería buscar entender lo que podría estar generando esa inquietud e impulsando esos comportamientos. Sería interesante dar también las circunstancias que podrían estar contribuyendo a que esos comportamientos persistan.

Factores que podrían incidir en la irritabilidad o agresividad infantil concretamente en este inicio de curso:

La separación es difícil. Han sido seis meses de estar con los adultos de referencia, sin que nada nos separe… En muchos casos, ha ido regular en otros bien. En cualquier caso se ha instaurado un hábito. Somos seres de costumbres.

En el colegio no ha habido período de adaptación. En este curso, con todas sus particularidades, se ha eliminado la posibilidad de una entrada con la compañía de alguno de los progenitores. Los niños, en su mayoría, han ido solos a la escuela desde el primer día.
Hay nuevos adultos de referencia y es difícil conectar. El uso de la mascarilla impide ver la expresión facial del adulto. Los niños se guían mucho por lo sensorial y esta limitación dificulta entender y conectar con sus nuevos referentes.

Menos contacto físico, distancia con docentes, lo que a veces hace más difícil el consuelo y acompañamiento emocional en ciertos momentos.Limitaciones de movimiento, menos libertad. Un niño necesita moverse, está en su naturaleza y es una necesidad que debe cubrir para su desarrollo físico.

No es posible usar todos los juguetes que quisiera. Debido a las restricciones actuales, algunos objetos del salón de clases están a la vista de los niños pero no a su disposición. Quizás hay muchos “noes” durante la mañana.Todo es nuevo: personas, espacios y objetos. A muchos niños pequeños estas novedades y cambios les causan ansiedad.

Faltan recursos emocionales para organizarse y recursos verbales para expresarse. A los niños pequeños a veces sólo les queda lo físico para desahogar y expresar sus malestares..
Quizás hay más. Los factores estresantes para los niños pueden ser sutiles y no tan fáciles de detectar. Además, pueden ser muy distintos a los factores que estresan a los adultos.

Y entonces ¿qué hacer?

Desde mi perspectiva es importante tener en cuenta lo siguiente:
No necesariamente se trata de que a tu hijo/hija le disguste el colegio. El comportamiento agresivo o la irritabilidad pueden ser señales de estrés, ansiedad por el cambio, la novedad y lo desconocido.
Comunicación y conexión son claves. Intenta organizarte y dedicar un tiempo para hablar, jugar o, simplemente, observar a tu hijo.
Revisa las rutinas de la tarde, valora si el niño podría necesitar descansar o más bien moverse. Las restricciones al movimiento libre durante la mañana, afectan particularmente a los niños más activos físicamente.
Posibles estímulos que alteran al niño. Dibujos animados o cuentos infantiles con lenguaje o imágenes violentas.
Es importante escuchar sin juicios, con el ánimo de entender, de encontrar pistas sobre lo que pudiera estar viviendo durante la mañana.
Conversa con la maestra o con el adulto responsable que corresponda. Si el comportamiento de tu hijo, tu hija ha cambiado mucho tras comenzar el colegio obtener información de primera mano podría dar pistas de la ayuda que necesita.
Por último, y fundamental, siempre que haya agresiones físicas, poner límites. Separar, detener, contener. La expresión de las emociones debe pasar por permitir daño físico o a objetos.

Acompañar, sostener y ser el líder amable que tu hijo necesita de ti, sobre todo en momentos en los que peor se sienta.

Importante consciencia y empatía, hoy más que siempre. Cada persona transita la realidad con una visión particular. Está siendo un año difícil en muchos sentidos, de entender y de encajar en ciertos casos. Para niños y niñas también.