¿Se debe obligar a los niños a comerse todo lo que hay en el plato?
Cada mes los nutricionistas de Núkula, la app de compra saludable, nos preparan unos consejos muy útiles:
Hoy queremos hablaros de ese mito tan extendido que dice que hay que obligar a los niños a comerse todo lo que hay en el plato. No levantarte de la mesa hasta acabar el plato, volver a poner la misma comida durante varios días hasta obligar a comer o discutir en la mesa por no comer un plato, son situaciones que tanto niños como padres hemos vivido.
Todos sabemos que hay niños que son muy malos comedores e incluso algunos hemos sido de esos, pero, obligarles a que se coman todo lo que hay en el plato de comida, no es buena idea 👶 🤦
Pelear con él o ella para que coma, va a convertir el ambiente que gira entorno a la comida, en una situación desagradable, que puede conllevar a que el niño desencadene una mala relación con la comida.
Son dos los motivos por los que normalmente un niño no come, o bien porque no le gusta lo que hay en el plato o bien porque no tiene hambre.
Hay estudios que dicen que pueden necesitarse muchas pruebas hasta que un niño acepte un alimento. Por lo que no desistas si el primer día que prueba las lentejas te dice que no le gustan. Ofréceselas varias veces de distintas formas dejando tiempo entre ellas, así será muy probable que a final terminen gustándole. Y si hay algo en concreto que no le gusta no pasa nada, todos tenemos algún ingrediente que no soportamos y no pasa nada, seguimos comiendo de lo demás sin problema.
Si el causante de que no pruebe bocado es la falta de apetito, puedes buscar otras estrategias como esperar, darle tiempo. Porque muchas veces se come “porque es la hora de comer” y tal vez el niño no tenga hambre. Respetar eso implica a veces tener que flexibilizar horarios y acoplarse un poco más al niño. Paciencia, acabará sintiendo hambre y tu hijo o hija no estará en peligro.
Es importante no obligar a los niños a comer, ni amenazarle con quitarle cosas que le gusten. No le obligues a que se coma una cantidad determinada de comida o un determinado alimento que rechaza, ya que conlleva a que el niño no haga caso a sus instintos. Obligarles a comer puede hacer que pierdan la sensación de saciedad y ya no sean capaces de controlar cuando están llenos, lo que a la larga puede conllevar a un problema de obesidad.
Revisa si pudiera estar consumiendo algún alimento superfluo (ej: bollería o chuches) que desplace las comidas principales y así podrás saber si está bien alimentado. Además, para asegurarte de que está bien alimentado fíjate en la actividad del niño, si está activo, se mueve, hace deporte, no deberías preocuparte de si está comiendo menos. Si el niño estuviera ingiriendo menos energía de la que necesita se notaría en su actividad, estaría más decaído y no jugaría como lo hacía antes, es algo que se nota a simple vista.
Es muy importante, tanto en adultos como en niños, ser capaces de escuchar a nuestro cuerpo porque no todos los días tenemos que tener el mismo grado de apetito.
Pon a su disponibilidad alimentos saludables y ofrécele progresivamente aquellos a los que puede presentar rechazo, pero sin obligar. Entendemos que no es tarea fácil, pero paciencia y ánimo! 😉
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